Las cualidades correctas, la actitud correcta, el comportamiento idéal
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El hombre de verdadero conocimiento actúa naturalmente de forma correcta.

La moral nos ofrece un medio para escapar de las garras de la codicia, la ira y la concupiscencia. Entonces accedemos a la virtud, desde la que podemos alcanzar el plano espiritual.

Nos volvemos verdaderamente mejores al realizar a Krishna, Dios, la Persona Suprema, y al renovar la relación amorosa que nos une a Él. Pero para lograrlo se requiere moralidad o pureza. Puesto que Dios es puro, no podemos acercarnos a Él sin purificarnos.

La moralidad es una forma de capacitarse para ser consciente de Krishna, Dios, la Persona Suprema.

Al adoptar la conciencia de Krishna, automáticamente nos volvemos morales. Por un lado debemos observar los principios reguladores de la moralidad, por el otro debemos desarrollar aún más nuestra tendencia a servirle a Él. Sirviendo a Krishna con amor y devoción, automáticamente nos volvemos morales.

Sin embargo, si nos esforzamos por llegar a ser morales sin servir a Krishna, fracasaremos. Por lo tanto, en este caso, los llamados seguidores de la moralidad siempre se sienten frustrados.

El propósito o placer de servir a Dios trasciende la moralidad humana. Uno tiene que elevarse al nivel de conciencia de Krishna para ser verdaderamente moral. El devoto, un verdadero sirviente íntimo de Krishna, automáticamente adquiere buenas cualidades virtuosas y morales.

La conciencia de Krishna o conciencia de Dios purifica la inteligencia, la mente y los sentidos. Así purificados, hay pocas posibilidades de que sean usados ​​en otra parte que no sea en la conciencia de Krishna. La acción realizada con conciencia de Krishna es la forma más elevada de moralidad.

El trabajo más beneficioso para los demás es el que consiste en ofrecer a Krishna, Dios, la persona Suprema, así como la conciencia de Dios. No hay nada más beneficioso.

¿Cómo volverse consciente de Krishna, Dios, la Persona Suprema?

En verdad, ser consciente de Krishna, Dios, la Persona Suprema, es darse cuenta de que Krishna es verdaderamente Dios, el Soberano Eterno, en su forma personal, primordial, infinita y absoluta, y que Él es la Verdad Absoluta. Es eternamente joven.

Es saber que Él es omnipresente, que Él está en todas partes. Que Él es omnipotente, que Él es Todopoderoso. Que Él es omnisciente, que Él lo sabe todo. Que Él es inmutable, que Él no cambia.

Es saber que Él es la existencia absoluta, la conciencia absoluta, la bienaventuranza absoluta, el conocimiento perfecto absoluto y la eternidad personificada.

Es saber que Él reside en el corazón de todos los seres vivientes, seres celestiales, seres humanos, animales y plantas, y vivifica el cuerpo, los sentidos, el soplo vital y el corazón de cada uno de ellos, y los hace revivir.

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