Si alguien toma la conciencia de Krishna, la conciencia de Dios, muy en serio, puede resistir las provocaciones provocadas por el pecado. Uno debe abstenerse de cometer las siguientes cuatro formas de pecado:
Por lo tanto, está prohibido tener relaciones sexuales ilícitas fuera del matrimonio, comer carne, pescado y huevos, consumir drogas y todos los intoxicantes, como sucedáneos de drogas y otros opiáceos, alcohol, café, té, cigarrillos y juegos de azar.
Si por la gracia del Señor podemos permanecer fieles a los principios reguladores que son las prohibiciones mencionadas anteriormente, y cantar el himno de los Santos Nombres de Dios, «Haré Krishna», el Señor no dejará de protegernos. De hecho, Krishna declara que su devoto nunca es derrotado. Todos aquellos que siguen esta disciplina de la conciencia de Krishna deben someterse a la estricta observancia de los principios regulativos y permanecer firmes en la práctica del canto de los Santos Nombres del Señor.
Si lo hacemos, no tenemos nada que temer, especialmente en los tiempos en que vivimos.
Basta que un pecador pronuncie el Santo Nombre de Krishna para neutralizar las consecuencias de un número mayor de faltas de las que jamás podrá cometer. Si alguien pronuncia el Santo Nombre del Señor, incluso en una condición desesperada o involuntariamente, todas las consecuencias de sus faltas se desvanecen. Al pronunciar una vez el Santo Nombre del Señor, compuesto por las dos sílabas Krish-na, uno está seguro de alcanzar la liberación.
Las actividades rituales recomendadas en las escrituras religiosas para la expiación de las faltas no son suficientes para purificar absolutamente el corazón, porque después de la expiación la mente se precipita hacia los actos materiales. Asimismo, para quien aspire a ser librado de las consecuencias materiales ligadas a sus actos egoístas, el canto de «Haré Krishna», o la glorificación del Nombre, Fama y Entretenimientos del Señor, es el método más perfecto de expiación, porque este la práctica por sí sola libera completamente al corazón de sus impurezas.