El acceso al amor puro de Dios constituye la perfección más elevada. Cuando el amor a Dios se establece en el plano de la afinidad, se describe como amor a Dios, puro y espontáneo, el éxtasis más elevado que el alma espiritual puede alcanzar.
Inicialmente, todavía no se ha establecido ninguna relación especial entre el Señor Supremo y el devoto. Pero cuando se desarrolla el amor a Dios, dicha relación toma forma bajo el signo de variados sentimientos espirituales. El primero de estos sentimientos da como resultado una actitud de servicio, en virtud de la cual se percibe al Señor como el Maestro y al devoto como su sirviente eterno.
Cualquier relación personal con Dios comienza necesariamente con una relación de siervo con el Maestro y luego, si es necesario, se desarrolla en amistad, luego en amor paternal y finalmente en amor conyugal. Quienquiera que se establezca en su propia relación con Krishna, Dios, la Suprema Personalidad de Dios, está en la mejor relación posible para él.
Sin embargo, un análisis de los sentimientos espirituales que caracterizan las diferentes relaciones con lo Divino revela que la relación neutral y pasiva (la más extendida en la tierra) con el Señor Supremo se encuentra en el primer nivel. Una relación superior con Dios consiste en verlo como nuestro Maestro, luego como nuestro Amigo, y aún más elevada es la relación mediante la cual uno percibe al Señor como su hijo. La relación parental es así más evolucionada y de mayor calidad que la relación de Amistad, pero la relación suprema entre todos es aquella en la que desarrollamos un amor conyugal por el Señor Soberano.
La realización espiritual imbuida de una actitud de servicio es en sí misma trascendental, pero cuando esta actitud se transforma en un sentimiento de Amistad, la relación se profundiza aún más. Y cuando el afecto se intensifica, la relación se establece entonces a nivel paterno. Sin embargo, en última instancia, el amor conyugal caracteriza la relación más elevada que puede unirnos con el Señor Supremo.
Cualquier afecto espiritual por el Señor Supremo, sea cual sea el nivel que sea, es indudablemente trascendental, pero lo que es peculiar de un devoto determinado le resulta más delicioso que cualquier otro.
Cuando una persona desea establecer una relación de sirviente-Maestro con Krishna, este último desempeña el papel del Maestro perfecto. De manera similar, la persona que desea establecer una relación de amistad con Krishna, este último desempeña el papel de Amigo perfecto a la perfección, y cuando uno desea tener a Krishna como Hijo en el marco de una relación paternal, Krishna desempeña el papel del Hijo perfecto.
De manera similar, cuando un devoto desea adorar a Krishna con un sentimiento de amor conyugal, Krishna asume perfectamente el papel de esposo o amante. Dicho esto, el Señor mismo admite que la relación matrimonial que Le une con las jóvenes hijas de Vraja representa la perfección más elevada.