No maten, y no coman la carne de los animales
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hacerse uno con Él, o perseguir muchos otros deseos que están relacionados con la religión, el aumento de la riqueza, el placer de los sentidos y la liberación, la salvación, en forma de cálculo interesado. También debemos evitar infringir las leyes divinas, participar en actividades innecesarias que no conducen a Dios, tomar parte en el sacrificio o la matanza de animales y buscar ganancias materiales, fama y prestigio.

Seamos precavidos, estemos en guardia, cuidemos siempre desde el principio de evitarlos, y nuestro amor a Dios crecerá, sano y sin interrupción. Saboreando el amor por Dios de esta manera, los seres santos vivirán verdaderamente con Krishna, Dios, la Persona Suprema ya en su vida presente, y podrán verlo en todo momento.

La más alta perfección de la existencia es disfrutar de la presencia del Señor en cada momento de la vida, y quien saborea tal felicidad no aspira a ninguno de los efímeros placeres que ofrece el universo material.

Todos aquellos que gozan de la gracia del Señor y pueden así entrar en el reino espiritual de Dios, no volverán nunca más al mundo material.

El Señor hace esta promesa, para tranquilizar a las almas puras: Cuando han llegado a Mí, los espiritualistas imbuidos de devoción, estas grandes almas, estas nobles almas, no vuelven nunca más a este mundo transitorio donde reina el sufrimiento.

Sólo el alma purificada de todas las impurezas materiales puede alcanzar la perfección y vivir en compañía de la Persona Suprema en perfecta felicidad y alegría, y así recuperar su estado original. Quien puede alcanzar tal perfección devocional nunca siente ninguna atracción por el mundo material, y nunca vuelve a él.

Cuando las almas condicionadas por la materia en el universo material se emancipan mediante la práctica del servicio devocional, son promovidas a los planetas espirituales. El número de almas eternamente liberadas que viven en el mundo espiritual supera con creces a las almas condicionadas por el universo material, y estas almas liberadas nunca desean permanecer en este triste universo.

En verdad, debido a que el alma pura disfruta de la compañía de Krishna, Dios, la Persona Suprema, el Perfecto, experimenta una paz y satisfacción perfectas. Para alcanzar el amor de Dios, es necesario estar perfectamente libre de todas las demás aspiraciones. Uno alcanza el nivel de amor por Dios a través del servicio devocional puro, aprendiendo a trabajar con amor por el objeto de su amor, por la Persona Suprema.

Verdaderamente, quien ama a Krishna, Dios, la Persona Suprema, también ama a todos los seres vivos; a todos los seres humanos, sean cuales sean, a todos los animales terrestres, rastreros, voladores, acuáticos, y a todas las plantas en toda su

diversidad. Quien desee alcanzar el nivel de amor por Dios debe abandonar todo deseo de disfrute material y abstenerse de ofrecer adoración a los seres celestiales, para dedicarse a la adoración exclusiva del Señor Supremo. El ser puro sólo desea ofrecer un servicio favorable al Señor, sin esperar nada a cambio, tal es el verdadero amor a Dios.

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