La Ciencia Espiritual Pura
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los familiares y la sociedad. Tampoco tiene que preocuparse por realizar los cinco tipos de sacrificios, que le permiten escapar de la contaminación de los actos pecaminosos. La mera práctica del servicio devocional le libera de todas las obligaciones.

Desde el momento de su nacimiento, el hombre se vuelve deudor de una multitud de seres. Por ejemplo, estamos en deuda con los grandes sabios por los beneficios que obtenemos de la lectura de sus probadas obras espirituales. Del mismo modo, estamos en deuda con nuestros antepasados, ya que al nacer en una familia heredamos su tradición y su patrimonio, por lo que debemos ofrecerles algún tipo de alimento consagrado tras su partida de este mundo. Seguimos estando en deuda con todos los que nos sirven de una u otra manera, ya sean familiares, amigos o incluso animales como la vaca y el perro. Y es nuestro deber pagar todas estas deudas, a los seres celestiales, a los sabios, a los ancestros, a los animales y a la sociedad en su conjunto, sirviendo a cada uno adecuadamente. Ahora, con sólo dedicarse al servicio devocional y entregarse a Dios, la Persona Suprema, dejando todas las demás formas de ocupación, se borran todas las deudas y se descargan todas las obligaciones con cualquier otra fuente de beneficio que no sea el Señor mismo.

El Señor Krishna enseña: «Deja todas las demás formas de ocupación y entrégate a Mí. Todas las consecuencias de tus faltas, te liberaré de ellas. No tengas miedo».

Se puede objetar que al entregarse al Señor Supremo, uno ya no podrá cumplir con sus otras obligaciones.

Pero el Señor insiste: «No vaciles. No pienses que por renunciar a cualquier otra forma de actividad tu vida quedará incompleta, o que te expondrás a alguna carencia. Te daré toda la protección; no tengas miedo».

Esta es la promesa hecha por Krishna. Así como un alma liberada no está obligada a observar los principios reguladores dados en las sagradas escrituras, uno que sirve debidamente a Krishna, no tiene que cumplir con los ritos prescritos por los suplementos védicos, las sagradas escrituras originales. En otras palabras, los devotos de Dios, que no es otro que Krishna, ya están liberados, y no tienen que cumplir con todos los principios reguladores establecidos en las secciones de los Vedas que tratan del ritual. Es muy querido por el Señor quien deja de adorar a los seres celestiales, para emplear toda su energía en servir al Señor Supremo con amor y devoción. E incluso si accidentalmente comete una falta o viola una restricción, no es necesario que se someta a los ritos prescritos para la purificación. El Señor, que está en su corazón, siente entonces compasión por su devoto y lo corrige desde dentro. Krishna, Dios, la Persona Suprema, tiene un interés especial en Su devoto. Por eso, Él mismo proclama que nada le hará caer, pues le protege en todo momento.

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