La ciencia de Dios, o ciencia de la salvación
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La posición de siervo de Dios es la más elevada.

Es cuando uno realmente se establece en el servicio de amor y devoción que se ofrece a Kṛiṣhṇa, Dios, la persona suprema, que realmente se vuelve independiente.

Los hombres de inteligencia reducida siguen siendo incapaces de apreciar la posición real de los siervos eternos del Señor Krishna. El uso de la palabra «siervo» los deja perplejos o confusos, no pueden comprender que esta forma de servicio no tiene nada que ver con la servidumbre material.

La posición del siervo de Dios es la más elevada. Quien puede comprender esta verdad, y recupera así su naturaleza originaria de servidor eterno ante el Señor, se vuelve así totalmente independiente. Está recuperando la verdadera libertad.

La independencia del alma se pierde en contacto con la materia. Pero en el plano espiritual, en la esfera espiritual, el alma posee una total independencia, de tal manera que no se trata a este nivel de caer bajo la dependencia de los tres atributos y modo de influencia de la naturaleza material que son: la virtud, la pasión y la ignorancia.

El ser santo, el devoto de Dios accede a esta posición prestigiosa, tanto es así que abandona la tendencia a gozar de la materia, habiendo tomado conciencia de su naturaleza pecaminosa.

La diferencia entre el devoto y el impersonalista (el que cree que Dios es un Ser Supremo sin forma) es que este último busca fundirse en la identidad del Ser Supremo, para poder disfrutar de la existencia a su antojo, mientras que el ser santo renuncia a todo espíritu de disfrute para adoptar el servicio de amor absoluto del Señor. Esta es su gloriosa condición natural, original y eterna.

Entonces se vuelve completamente independiente. Por supuesto, el Ser con la independencia suprema no es otro que Kṛiṣhṇa, Dios, la Persona Suprema. El ser individual distinto de Dios, que cada uno de nosotros es, solo llega a ser plenamente independiente cuando se dedica al servicio del Señor. En otras palabras, el placer espiritual del servicio de amor y devoción ofrecido al Señor es la independencia real.

Verdaderamente, en el servicio de amor y devoción ofrecido a Dios, Krishna, el sirviente es tan libre como el Maestro.

Krishna, Dios, la Persona Suprema, el Maestro Supremo, es perfectamente independiente, y en el mundo espiritual el sirviente también goza de esta cualidad de perfecta independencia, porque no hay servicio forzado.

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