Las cualidades correctas, la actitud correcta, el comportamiento idéal
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En verdad, no matar es no interrumpir una existencia, humana, animal o vegetal, obligando contra su voluntad y por supuesto contra su voluntad, sus deseos, y sus intereses reales, a un alma a salir del cuerpo que Dios le había dado. Ya sea que el alma esté encarnada en un cuerpo vegetal o animal, sigue un camino evolutivo que la conducirá hacia el otorgamiento de un cuerpo humano. Todos hemos seguido este camino evolutivo antes de obtener un cuerpo humano, incluso si ya no tenemos ningún recuerdo.

Solo al alma encarnada en un cuerpo humano, Dios ofrece la rara oportunidad de conocerlo tal como es realmente, y de volver a su reino eterno. El cuerpo humano rara vez se obtiene, así que no desperdiciemos la oportunidad que Dios nos da por misericordia.

Los que interrumpen una vida, humana, animal o vegetal, serán castigados por la justicia divina recibiendo un castigo severo y sufrirán sufrimientos similares a los cometidos en su vida futura.

Amémonos los unos a los otros, pero también amemos a todos los animales y plantas, cuidémoslos y protejámonos. Dios nos recomienda mirar a todos los seres humanos, animales y plantas con un solo ojo.

El Señor Krishna nos da este consejo: La no violencia, la sinceridad, la honestidad, el deseo por la felicidad y el bienestar de todos los demás y la protección contra la codicia, la ira y la codicia, son deberes para todos los miembros de la sociedad.

Está estrictamente prohibido matar a un erudito sabio, una vaca, una mujer, un niño o un anciano.

En los días gloriosos que precedieron al advenimiento de la era actual, de lucha, contienda, hipocresía, indiferencia y pecado, los sabios eruditos, las vacas, las mujeres, los niños y los ancianos estaban todos debidamente protegidos, y la sociedad en su conjunto obtuvo grandes beneficios de ello. él.

La protección de los sabios asegura el mantenimiento de la organización de la nación, la institución por excelencia, ya que ofrece el método experimental más seguro de elevar a todos los miembros de la sociedad en el plano de la vida espiritual, a la perfección de la existencia.

La protección de la vaca asegura una abundancia del más milagroso de todos los alimentos, la leche, que afina los tejidos sutiles del cerebro, y permite conocer los valores superiores de la existencia.

La protección de la mujer preserva su castidad y, por el mismo hecho, la pureza moral de toda la sociedad. Así pueden concebirse hombres de naturaleza ejemplar, capaces de mantener la sociedad en un estado de paz, de tranquilidad y de progreso.

La protección del niño permite a todo ser que ha obtenido la forma humana la mejor oportunidad de tomar el camino que lo liberará de las cadenas de la materia. El niño debe ser protegido desde el momento de su concepción, mediante el cumplimiento de un rito purificador, que marca el comienzo de una existencia pura.

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