Él no tiene ningún esfuerzo personal en la obra de la creación, ya que puede crear, mantener y aniquilar la manifestación cósmica por el mero despliegue de Sus diversas energías, las tres gunas: Virtud, Pasión e Ignorancia. Dueño de la fuerza del tiempo, puede, con una simple mirada a la energía material, crear este universo y dar la energía necesaria a las diversas fuerzas de la naturaleza material, que actúan de forma diferente en las distintas criaturas. Por lo tanto, nadie puede entender cómo actúa Él en este mundo. Se ha manifestado en la forma de las tres deidades principales de este universo, Brahma, Visnu y Siva, con el propósito de crear, mantener y destruir, pero Su Aparición como Señor Visnu tiene el propósito especial de beneficiar a todos los seres. Por lo tanto, a aquellos que viven en paz y aspiran a la paz suprema se les recomienda adorar Su aspecto pacífico como Señor Visnu.

Todo ser es engendrado por Él y Él mantiene a todo ser.

Krishna, el Supremo Eterno, ha bajado a nuestro universo en varias ocasiones en diferentes tonalidades, blanco, rojo, amarillo; y como esta vez, hace 5.000 años, apareció en Vrindavana (India) en una tonalidad azul-negra, se le llama Krishna. Una vez, el Maravilloso Ser Divino salvó al mundo del caos y arrebató a todos los hombres de virtud de las garras de los seres demoníacos. Cualquier hombre que tenga la suerte de unirse a Krishna nunca conocerá la derrota.

Él es el Alma Suprema, el Padre Supremo, el Maestro Espiritual Soberano y el Rey de reyes. Él es la raíz de toda la creación, y en todos los seres el Alma Suprema. Es el protector de los sabios y el Guía Espiritual de todos los seres vivos.

El Señor Supremo dice: «Recuerda siempre que sólo Mi gracia te concede tu opulencia material. Nadie debe olvidar que soy el Señor Supremo. Nadie es más alto que Yo. A todos puedo mostrar Mis favores, a todos infligir Mi castigo. Y al que está dominado por el orgullo, para mostrarle Mi misericordia sin paliativos le despojo de toda su opulencia».

El Señor enseña inequívocamente que siempre que Él aparece en este mundo, es por efecto de su poder interno. No está, como el ser ordinario, obligado por la ley del karma a aceptar un cuerpo. Aparte de Él, cada ser de este mundo recibe necesariamente un determinado tipo de cuerpo, según sus actos pasados. Pero Krishna aparece en un cuerpo que no le ha sido impuesto por sus actos anteriores. El cuerpo que toma sirve de vehículo para Su sublime placer, que procede de Su poder interior. Por lo tanto, no está en absoluto sujeto a la ley del karma, como siguen los monistas materialistas. Por eso, la pretensión de estos últimos de alcanzar la unidad con Dios sólo puede ser teórica. Krishna, Dios, la Persona Suprema, ya está presente como Alma Suprema en los cuerpos de las gopis y de sus cónyuges. Como guía de todos los seres, el Alma Suprema dirige al alma separada en sus actos. De todo acto es, en efecto, el Autor y el Testigo.

Krishna está presente en el corazón de todos y de Él procede todo acto, pero también el recuerdo y el olvido. Él es la Persona original, a la que el conocimiento original