La Ciencia Espiritual Pura
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Arrepentirse, hacer penitencia, resolver no volver a hacerlo, es muy beneficioso siempre que no se vuelva a hacer. El engaño y la hipocresía no son tolerados por las autoridades superiores, los ayudantes de Dios. Si uno entiende lo que es el pecado, debe dejar de complacerse en él sinceramente, arrepentirse y entregarse a Dios, la Persona Suprema, a través de Su representante y servidor, el maestro espiritual en medio de los hombres, Su devoto. De este modo, uno puede liberarse de las reacciones pecaminosas y progresar en el servicio de amor y devoción ofrecido a Dios. Por otro lado, si uno sigue pecando después de arrepentirse, no hay posibilidad de salvación para uno.

El verdadero arrepentimiento consiste en rendirse a Krishna, Dios, la Persona Suprema, resolviendo obedecerle, hacer sólo Su voluntad y servirle con amor y devoción. Y por supuesto, no hacer daño a nadie, ni a los seres celestiales, ni a los habitantes de los planetas celestes, ni a los seres humanos de cualquier tipo, ni a ningún animal, ni a ningún vegetal. Y por último, no tener relaciones sexuales fuera del matrimonio, no comer carne, pescado y huevos, no tomar drogas, excitantes, café, té, alcohol y cigarrillos, y no apostar. De esta manera nos libraremos del pecado.

Escuchemos a Dios, no hagamos nunca más daño a nadie, ni a los humanos, ni a los animales, ni a los vegetales, y amémonos unos a otros con amor incondicional.

El karma, una justicia infalible.

Karma: La ley de la naturaleza según la cual toda acción material, buena o mala, tiene consecuencias que atan a quien la realiza cada vez más a la existencia material y al ciclo de muerte y renacimiento.

Debemos liberarnos del karma, de la ley de causa y efecto y de la reencarnación. El camino de retorno a Krishna, Dios, la Persona Suprema es el que debemos tomar. La ley del karma, acción-reacción, ayuda a explicar las causas y los efectos de los actos egoístas, especialmente los relacionados con la reencarnación. En esta misma vida, con nuestros pensamientos, palabras y acciones, estamos preparando nuestro próximo cuerpo, que puede ser más alto o más bajo que el que poseemos actualmente.

Krishna, Dios, la Persona Suprema, es el único que posee el poder de liberar a su devoto y a todo ser viviente del océano de repetidas muertes y renacimientos. El propósito de la vida humana es escapar del ciclo interminable de muerte y renacimiento, que es la reencarnación. Cuando un ser vivo llega al final de su vida en este mundo material, la ley de la reencarnación le obliga a empezar otra. En cada una de sus existencias se esfuerza por alcanzar objetivos materiales, pero éstos siempre acaban en fracaso, y tiene que volver a empezar.

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