La Ciencia Espiritual Pura
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crear el sufrimiento, Dios desea que el ser humano, a través del sufrimiento sentido y generalmente padecido en su próxima existencia, borre el acto culpable cometido en su vida pasada, tome conciencia del dolor resultante, haga penitencia, acto de arrepentimiento, se dirija a Dios y resuelva no volver a hacerlo, cambiar para mejor y no volver a causar sufrimiento a nadie, ya sean seres humanos, animales o plantas.

La verdad es que no tiene sentido alegrarse demasiado por las ventajas que nos ofrece la providencia, como tampoco tiene sentido lamentarse demasiado por las desventajas que obtenemos. Nuestra situación en este mundo material, aunque sea supuestamente favorable, es de hecho siempre desfavorable. Esto significa que mientras permanezcamos desprovistos de la conciencia de Krishna o de la conciencia de Dios, cualquier cosa que llamemos favorable y buena, o desfavorable y mala, es favorable sólo de nombre. Porque tanto las situaciones buenas como las malas, o el karma bueno y el malo, en la medida en que ambos nos obligan a reencarnar y, por tanto, a renacer en el universo material, son igualmente indeseables.

Mientras permanezcamos desprovistos de la conciencia de Dios y no desarrollemos una atracción por Krishna, Dios, la Persona Suprema, todo lo que hagamos será desfavorable o malo.

En todo el cosmos material, todas las concepciones del bien y del mal son meras ilusiones mentales. Por lo tanto, decir «esto es bueno» o «esto es malo» es bastante erróneo.

Cuando Dios inflige un castigo es siempre por compasión y misericordia, para salvar a un ser del infierno.

Cuando Dios inflige un castigo es siempre por compasión y misericordia, para salvar a un ser del infierno.

Cuando Dios inflige un castigo a una persona culpable de actos malvados o criminales, es para llevarla a la corrección, para hacerla volver a la razón y así hacerla consciente de sus errores. Estos castigos de Dios se basan en la compasión del Señor hacia la persona culpable, para salvarla de ir al infierno. Pero si el culpable no quiere escuchar a Dios actuando como quiere y no tiene en cuenta la misericordia del Señor, entonces irá al infierno por mucho tiempo.

Todo castigo o escarmiento divino tiene por objeto llevar al ser al arrepentimiento, a la penitencia, a un cambio radical de actitud, a ser mejor, a respetar y aplicar los preceptos, mandamientos y consejos de Dios y, finalmente, a permitir el borrado de las faltas cometidas a través del sufrimiento sentido. Debemos sufrir por nuestras fechorías pasadas, eso es un hecho irrevocable. Sin embargo, se minimiza el sufrimiento de quienes sirven a Dios con amor y devoción. Por ejemplo, en lugar de ser apuñalados como nos depara el destino, podemos recibir sólo un corte en el

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