La Ciencia Espiritual Pura
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material, ni tampoco adquirir el simple conocimiento que permite discernir lo espiritual de lo material. Es liberarse de la esclavitud material y encontrar una existencia de pura libertad en el mundo espiritual, donde Dios reina como Maestro Absoluto. Por eso el Señor mismo enuncia los principios y las leyes de la religión, cuya finalidad sólo conocen las grandes almas y los grandes maestros doctos en la ciencia de Dios y en el reino espiritual. Los grandes santos, agentes calificados del Señor, todos practican el servicio devocional; así, aquellos que desean su propio bien seguirán los pasos de estos sabios, pues así obtendrán el beneficio final.

La esclavitud material proviene de estar bajo el dominio de la materia a causa del falso ego (la identificación del ser con su cuerpo), o el deseo de dominar la naturaleza material. Dos tendencias se manifiestan en el ser. La primera es el deseo de dominar la naturaleza material, o de llegar a ser tan grande como el Señor Supremo, porque todo el mundo en este mundo desea ser el más grande, y cuando uno se vuelve envidioso de Krishna, Dios, la Persona Suprema, llega a preguntarse: «¿Por qué debe haber sólo Krishna? Soy tan bueno como Krishna».

Ahora bien, estos dos factores, desear convertirse en el Señor y envidiar al Señor, son la causa principal de la esclavitud material. Mientras un filósofo, un nihilista o un hombre que busca la salvación tenga algún deseo de convertirse en supremo, de serlo todo o de negar la existencia de Dios, la causa de su esclavitud permanece, y no puede haber ninguna cuestión de liberación para él. El ser espiritual encarnado y condicionado por la materia puede pretender, a través del análisis teórico, que está liberado por el poder del conocimiento, pero en verdad mientras persista la causa del aprisionamiento, no puede hablarse de libertad. Los ateos pueden lograr un gran progreso material y crear una situación de extrema comodidad para sus sentidos, pero como siguen dominados por ellos, no pueden estar satisfechos.

Este es el resultado de la civilización actual. Los materialistas se han vuelto muy adeptos a obtener dinero, poder, fama, mujeres para su placer, y sin embargo hay un descontento general en la sociedad, porque el hombre no puede ser feliz o pacífico sin ser consciente de Krishna. Pueden aumentar su disfrute material hasta los límites de su imaginación, pero no están satisfechos, porque los seres así condicionados por la materia son esclavos de sus sentidos.

Las relaciones entre individuos que buscan la gratificación del sentido conducen ciertamente a la esclavitud. Pero el mismo tipo de relación con una persona santa, aunque tenga lugar de forma inconsciente, conduce al camino de la liberación. La compañía de un hombre santo, de una manera u otra, siempre da el mismo fruto. Cualquier persona que no sea conducida por sus acciones a volverse religiosa, que no sea conducida por sus prácticas religiosas ritualistas a elegir la renuncia a la naturaleza material, o cuya renuncia no conduzca al servicio devocional ofrecido al Señor Supremo, debe ser considerada muerta, incluso si respira.

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