La Ciencia Espiritual Pura
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Nunca deberíamos querer tener más placeres materiales. Por el contrario, debemos aceptarlos sólo de acuerdo con las necesidades básicas de la vida, ni más ni menos. Si aumentamos el placer material, aumentamos las cadenas que nos atan a los sufrimientos de la existencia material. Si más riqueza, más mujeres y más relaciones aristocráticas figuran entre las principales aspiraciones del materialista, es porque no es consciente de los beneficios que le reportaría el culto a Dios, que beneficia a su autor tanto en esta vida como después de la muerte. Así, el hombre insensato que quiere aumentar su riqueza y multiplicar sus esposas e hijos adora a diversos seres celestiales, olvidando estas verdades. Ahora bien, el propósito de la existencia es poner fin a todos los sufrimientos materiales, no aumentarlos. Incluso para obtener placeres materiales, no es necesario acercarse a los seres celestiales. Estos últimos son meros servidores del Señor, que se encargan de proporcionar a los seres encarnados todos los elementos necesarios para la vida, como el agua, la luz, el aire, etc. Tenemos que trabajar de todo corazón dentro de los límites de nuestras capacidades y adorar al Señor Supremo ofreciéndole los frutos duramente ganados de nuestro trabajo. Este debería ser nuestro lema. Aquel que se ocupa de cumplir bien con su deber, con su ocupación, con fe en el Señor, será llevado a progresar gradualmente en el camino del retorno a Dios.

Aquel que se siente atraído sólo por la satisfacción de sus sentidos no podrá liberarse de la esclavitud material, su vida será una pérdida de tiempo. En efecto, cualquier acción que no eleve a su autor al nivel de la piedad es inútil. Por naturaleza, todo el mundo tiene una inclinación por tal o cual forma de actividad, y cuando esta actividad conduce a la piedad, a su vez conduce a la renuncia, y esta última al servicio devocional; entonces se alcanza la perfección del acto. Cualquier acción que no conduzca en última instancia al servicio del amor y la devoción ofrecida a Dios es una causa de enredo en este mundo. A menos que el ser se eleve gradualmente al nivel de servicio devocional desde su actividad natural, es poco mejor que un cadáver. La acción que no promueva el crecimiento de la conciencia de Krishna debe considerarse inútil.

En verdad, el éxito material no es ningún beneficio, pues en cuanto nos engañamos con los dones de la naturaleza, nos esclavizamos más y más a la energía material, sin esperanza de liberación, nos convertimos en esclavos de la energía material, a través de su forma de «materia». Hay que tener suficiente inteligencia para saber cómo utilizar estos bienes materiales para la realización espiritual. Todo lo que tenemos debe ser utilizado al servicio de la Persona Suprema. Uno debe esforzarse por adorar a Dios, el Señor Soberano, con todo lo que tiene. Hay muchas formas de servicio ofrecidas al Señor Supremo, y cada ser puede servirle lo mejor que pueda. Después de entregarse a actividades especulativas durante muchas, muchas vidas, quien realmente despierta a su verdadera conciencia y se entrega al Señor Supremo, Krishna, ve que su búsqueda de conocimiento realmente alcanza su meta. Hay un abismo de diferencia entre la libertad teórica y la liberación real de la esclavitud material. Aquel que se aleja del auspicioso camino del servicio devocional para buscar

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