Solo mediante el servicio devocional, y solo así, se puede conocerme tal como soy. Y quien, mediante tal devoción, se vuelve plenamente consciente de mi Persona, puede entonces entrar en mi reino absoluto.
Solo sirviéndome con amor y devoción indivisos se puede conocerme tal como soy, presente ante ti, y, asimismo, verme verdaderamente. Así, y solo así, se puede penetrar el misterio de mi Persona.
Para quien me adora, me entrega todas sus acciones y se dedica a mí por completo, absorto en el servicio devocional y meditando constantemente en mí, para él soy el liberador, que pronto lo rescatará del océano de la muerte y el renacimiento. Si alguien me ofrece con amor y devoción una hoja, una flor, una fruta o agua, aceptaré esa ofrenda.
Llena siempre tu mente de mí y conviértete en mi devoto completo, dedícame constantemente tu adoración y simplemente entrégate a mí. Esta es la única manera de acceder a mi reino. Aquí te revelo el más secreto del conocimiento.
Las personas liberadas de estas dualidades (bien-mal, caliente-frío, victoria-derrota, justo-injusto, verdadero-falso, etc.) que son frutos de la ilusión, personas que fueron virtuosas en sus vidas pasadas así como en esta vida, personas en quienes el pecado ha terminado, esas me sirven con determinación.
Cantando siempre Mis glorias, postrándose ante Mí, profundamente determinados en sus esfuerzos espirituales, las almas magnánimas me adoran con amor y devoción.
Entre miles de hombres, quizás solo uno busque la perfección, y entre quienes la alcanzan, raro es quien verdaderamente me conoce.
Quien conoce el Absoluto de Mi advenimiento y Mis actos ya no tendrá que renacer en el universo material. Tras abandonar su cuerpo, entrará en Mi reino eterno.
Cuando Me han alcanzado, los seres santos imbuidos de devoción, estas almas nobles, habiéndose elevado así a la más alta perfección, nunca más regresan a este mundo efímero donde reina el sufrimiento.
Soy igual para todos. Nadie es Mi enemigo, nadie es Mi amigo.
Todos siguen Mi camino de una forma u otra, y según su entrega a Mí, los recompenso proporcionalmente.
Quien alcanza el nivel espiritual, al mismo tiempo realiza al Ser Supremo y encuentra en él un gozo infinito. Él nunca se aflige ni aspira a nada. Se muestra igual a todos los seres. Entonces logra servirme con puro amor y devoción.
Estoy en el corazón de cada ser, y de Mí provienen el recuerdo, el conocimiento y el olvido. El Señor Supremo está en el corazón de todos los seres y dirige sus peregrinajes, siendo cada uno como una máquina (el cuerpo material) constituida por energía material.