Así te he revelado el secreto más profundo del conocimiento. Reflexiona con atención y luego actúa como te plazca.
Escucha mis palabras, pues las digo para tu bien.
Si te revelo esta parte tan secreta del conocimiento, es porque eres mi amigo más querido. Escucha mis palabras, pues las digo para tu bien.
Siempre llena tu mente de mí, y conviértete en mi devoto, ofréceme tu homenaje, jura tu adoración hacia mí, y vendrás a mí. Esto te lo prometo, pues eres mi amigo, infinitamente querido.
Deja todas las demás formas de religión ahí, y simplemente entrégate a mí. Te liberaré de todas las consecuencias de tus pecados. No temas.
Este conocimiento secreto no puede ser revelado a hombres que no son austeros ni devotos, ni dedicados al servicio devocional, ni que me envidian.
Para quien enseñe este secreto supremo a mis devotos, el progreso en el servicio devocional está asegurado, y, al final, sin duda, regresará a mí. Ninguno de mis siervos en este mundo me es más querido que él, y nadie jamás me será más querido.
Y proclamo que quien estudie esta sagrada conversación nuestra me adorará con su entendimiento.
Y quien la escuche con fe, sin envidia, se liberará de las consecuencias de sus acciones pecaminosas y alcanzará los planetas donde habitan los virtuosos.
Krishna, la Suprema Personalidad de Dios, nos enseña la manera más auspiciosa de vencer la muerte.
Mis queridos hijos, de todos los seres de este mundo que han asumido cuerpos materiales, aquellos a quienes se les ha otorgado forma humana no deben trabajar día y noche con el único propósito de complacer los sentidos, algo que incluso perros y cerdos que se alimentan de excrementos pueden lograr. Más bien, deben practicar penitencia y austeridad para alcanzar el nivel divino del servicio devocional. Mediante esta práctica, el corazón se purifica y uno descubre entonces una existencia eterna de dicha, que trasciende la felicidad material y perdura para siempre. Quien conoce la inocuidad de mi advenimiento y mis acciones ya no tendrá que renacer en el universo material; al abandonar su cuerpo, entrará en mi reino eterno. Quienes desean revivir su conciencia de Dios y aumentar su amor por mí rechazan hacer nada que no esté relacionado con mi Personalidad. Cuando la influencia de la ignorancia cubre el alma distinta [el alma individual y distinta de Dios], esta no puede conocer la naturaleza del ser infinitesimal ni la del Ser Supremo; su mente se absorbe entonces en acciones egoístas. Por lo tanto, a menos que desarrolle su amor por el Señor, que no es otro que yo, ciertamente no estará libre de transmigraciones sucesivas [de repetidas reencarnaciones]. Incluso si un hombre es muy sabio y erudito, se dirá que padece locura si no comprende que los esfuerzos por la complacencia de los sentidos son solo una pérdida de tiempo.