La Ciencia Espiritual Pura
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Hare Krishna, Hare Krishna, Krishna Krishna, Hare Hare / Hare Rama, Hare Rama, Rama Rama, Hare Hare.

Para liberarnos del ciclo de las sucesivas muertes y renacimientos y así ver borrados todos nuestros pecados. Es fácil llegar al Señor Krishna, pero sólo para el hombre que renuncia al materialismo. Quien anda por el camino de la prosperidad material, embriagado por la ambición de una noble cuna, de vastas riquezas, de una alta educación y de unas facciones encantadoras, sigue siendo incapaz de dirigirse a Dios con sinceridad.

La prosperidad material se traduce en nacer en una familia noble y poseer una gran riqueza, educación superior y rasgos físicos atractivos. Todos los materialistas arden en el deseo de adquirir esta prosperidad, que se considera la base de la civilización material. Pero estos diversos bienes efímeros embriagan a quien los posee, lo encaprichan con una vanidad engañosa. Habiéndose engreído, se encuentra incapaz de dirigirse al Señor con sinceridad, de pronunciar con alma su Santo Nombre, «Oh Krishna». Sin embargo, las sagradas escrituras originales «el verdadero evangelio» nos revelan que al pronunciar aunque sea una sola vez el Santo Nombre del Señor, podemos liberarnos de un mayor número de faltas, pecados, que nunca podremos hacer eso. Tal es el poder del Santo Nombre.

Estos son los cuatro objetos del progreso material: 1) linaje noble, 2) gran riqueza, 3) alta educación y 4) rasgos corporales atractivos, son en cierto sentido obstáculos en el camino del progreso espiritual. .

El cuerpo material pasa a ser una envoltura externa del alma, éste de naturaleza puramente espiritual. Cuando un alma que avanza en el camino espiritual se empobrece materialmente, como sucede a veces, no hay motivo de alarma, porque es una señal favorable. El hombre debe conducir su existencia de tal manera que se atenúe su «embriaguez» material, que sólo puede sumergirlo cada vez más en la ilusión sobre el verdadero propósito de la existencia. Y cualquiera que viva bajo la ilusión no califica para entrar en el reino de Dios.

En general, los seres santos no guardan grandes posesiones materiales, pero sin embargo poseen un tesoro secreto: el Señor. Los deseos materiales van muy mal con el progreso espiritual. A menos que seas capaz de ver todo como espiritual, es decir, en relación con el Señor Supremo, es necesario establecer siempre una distinción muy clara entre lo espiritual y lo material.

El progreso de la civilización material, y por ende el florecimiento del concepto material de la vida, se presenta como un gran obstáculo en el camino de la espiritualidad, porque encadena cada vez más el alma a su envoltura carnal ya todos los sufrimientos que están relacionados con ella. Por lo tanto, el progreso material se describe correctamente como indeseable. Además, no es difícil observar, en el contexto actual basado en el progreso material, que la atención se distrae con una multitud de objetos indeseables, inútiles, todos creados a partir de una concepción

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