Tanto el avatar Buda como Sankaracarya, una vez más, allanaron el camino hacia el teísmo, y los acaryas vaisnavas posteriores, en particular Sri Caitanya Mahaprabhu, quien no era otro que el Señor, guiaron a los hombres por este camino, llevándolos a la realización de Dios y al retorno a Él.

Por nuestra parte, consideramos positivo el interés público general en el movimiento no violento de Buda, pero ¿se tomará lo suficientemente en serio como para acabar con todos estos mataderos? Y, de no ser así, ¿qué significado puede tener el culto a la ahimsa?

El Srimad-Bhagavatam fue compilado justo antes del comienzo de Kali-yuga, hace casi 5000 años, y Buda apareció hace unos 2600 años. Por lo tanto, el Srimad-Bhagavatam predijo su venida. Tal es el valor de esta Escritura de Luz, que también contiene muchas otras profecías, todas las cuales se están cumpliendo una tras otra. Este punto ayuda a establecer la naturaleza absoluta del Srimad-Bhagavatam, en el cual no aparece rastro de error, ilusión, engaño ni imperfección; es decir, las cuatro debilidades inherentes a todos los seres condicionados por la materia. Las almas liberadas están más allá de estas imperfecciones, y así es como pueden ver y predecir eventos futuros, incluso muy lejanos.

Buda, el Avatar.

Al comienzo de la era actual, el Señor aparecerá en la forma de Buda, hijo de Anjana, en el distrito de Gaya, con el único propósito de engañar a quienes envidian a los fieles. Esta información pretende evitar cualquier confusión con falsos budas.

La gente desconoce esto, pero Buda, quien era un Avatar, vino para guiar al teísmo a todos los impíos que habían sido extraviados por el ateísmo.

Por eso, primero quiso acabar con la costumbre de matar animales entre la gente de aquella época. Quienes matan animales son, en realidad, y ellos no lo saben, un peligro en el camino hacia Dios, pues obstaculizan el camino del desarrollo y la realización espiritual.

El gran sabio Maharaja Pariksit afirmó que solo quienes matan animales se beneficiarán del sublime mensaje del Señor Supremo. Sin embargo, si la gente desea iniciarse en el camino de regreso a Dios, debe, ante todo, poner fin a la matanza de animales, en cualquier forma, y dejar de comer carne, pescado y huevos.

Matar animales terrestres y acuáticos y consumir su carne los aleja de Dios.

Es absurdo creer que la matanza de animales no obstaculiza la realización espiritual. La era actual, también llamada la Era Oscura, una época de discordia, disputas, hipocresía, indiferencia, decadencia y pecado, hunde a la humanidad en la ignorancia de los hechos relativos a Dios, por un lado, y de la verdad existencial, por otro. La degradación de la civilización humana ha comenzado.