cido por los creyentes en la Tierra. Y en Su tercer aspecto, se le conoce como el Alma Espiritual Suprema, a la que Jesús llamó el Espíritu Santo, que reside en los corazones de todos los seres vivos, seres celestiales, seres humanos, animales y plantas. Por eso Jesús dijo que los cuerpos materiales en los que se encarnan las almas espirituales son templos del Señor Supremo.
Dios, el Eterno Supremo, tiene un número infinito de Nombres, entre ellos: El Shaddai, El Elohe, Adonai, Yahvé, Jehová, Awoon (que significa «Padre Eterno» en arameo), Alá, Krishna, etc., pero Krishna es el primero y el más poderoso de todos, pues el Señor lo ha investido de poder. Krishna es el Nombre original de Dios, la Suprema Personalidad, en Su forma espiritual personal, primordial, original, infinita y absoluta. Este sublime Nombre espiritual, Krishna, significa «el infinitamente fascinante», «el que fascina infinitamente». Krishna, Dios, la Suprema Personalidad, es la bondad personificada.
Él es la fuente original de todas las emanaciones plenarias de Su Persona y de todos los Avatares.
Es Krishna, Dios, la Suprema Personalidad de Dios, quien reina y dirige tanto el universo material como el mundo espiritual.
Cuando la espiritualidad decae en algún lugar del universo, el propio Señor Krishna viene a intervalos regulares y desciende a un planeta específico de una galaxia determinada para proteger a Sus devotos y seres santos, aniquilar a los malvados demoníacos, eliminar a los reyes malvados que torturan y causan sufrimiento a Sus devotos y seres santos, y restaurar la espiritualidad. Pero también envía a sus compañeros íntimos, sus hijos o mensajeros, quienes descienden de su reino con la misión de difundir el conocimiento de su persona divina y difundir sus sublimes enseñanzas por toda la Tierra, con el fin de salvar a la humanidad y conducirla hacia Dios.
Así es como Krishna envió a Jesús a la Tierra hace 2000 años, y yo lo envío hoy, con la misma misión: difundir la misma enseñanza eterna, que nunca desaparecerá, y permitir que la humanidad alcance la liberación o la salvación. Es el Señor Supremo, Krishna, a quien Jesús llamó «Padre».
Hemos olvidado a Dios, Krishna, la conexión que nos une a Él, quiénes somos realmente y cómo escapar de este mundo ilusorio donde debemos atravesar el ciclo del tiempo, repetidas reencarnaciones y, en cada existencia, experimentar estos cuatro sufrimientos: nacimiento, enfermedad, vejez y muerte.
Hemos olvidado a Dios, así como el servicio amoroso y devoto que debemos ofrecerle. Por eso estamos perdidos en este mundo de muertos y sucesivas reencarnaciones, donde el sufrimiento es permanente.
En realidad, el olvido proviene de la muerte. Al morir, debemos cambiar de cuerpo; es este cambio de cuerpo lo que causa el olvido.


