Entonces perderemos todo interés en los placeres materiales. Solo los seres santos, devotos de Krishna, la Suprema Personalidad de Dios, tienen la oportunidad de alcanzar la perfección de la existencia. En cuanto a quien da apenas los primeros pasos en el sendero del servicio devocional y, sin haber alcanzado la madurez, cae de su posición, es, sin embargo, superior a quien se dedica por completo a las actividades mundanas.

Dios es el único y último objetivo de la existencia.

Nuestro objetivo en este mundo es buscar el progreso espiritual. De hecho, quien desee sinceramente el progreso espiritual debe tener mucho cuidado de no apegarse únicamente a Krishna, la Suprema Personalidad de Dios, y a nadie más. En la búsqueda de nuestro camino espiritual, a veces debemos aceptar participar en todo tipo de actividades materiales, pero siempre debemos recordar que actuamos únicamente para Krishna, la Divinidad. Si este pensamiento permanece en nuestra mente, no corremos el riesgo de convertirnos en víctimas de estas actividades materiales. Ahora vemos cómo el afecto por los animales está aumentando en todo el mundo. Así, incluso una persona tan exaltada como un santo, habiendo desarrollado sentimientos de amor por Dios, puede caer de su posición debido a su apego a un animal, en este caso, un cervatillo. Por esta razón, tuvo que renacer como un pequeño cervatillo. Ahora bien, si un santo devoto de Dios pudo sufrir tal destino, ¿qué pasa con todos aquellos que no son espiritualmente avanzados y se apegan a un perro o un gato?

Su afecto por estos animales los obligará a renacer en cuerpos similares, a menos que aumenten considerablemente su afecto y amor por el Señor Soberano. De hecho, a menos que aumentemos nuestra fe en Él, nos apegaremos a mil cosas más, y esta es precisamente la causa de nuestra esclavitud a la materia. Debemos asegurarnos de que cada momento de nuestras vidas esté dedicado exclusivamente al servicio del Señor. Esta es la posición más segura para quienes desean regresar a Dios, en su reino absoluto.

El Señor Chaitanya Mahaprabhu, el Avatar Dorado, dijo: He traído el remedio para el sueño perpetuo en el que están inmersos todos los seres. Por favor, acepta el santo nombre del Señor, el canto Hare Krishna, y despierta.

Estás dormido en este mundo; despierta y aprovecha tu existencia humana. Dormir implica la pérdida de todo conocimiento. Lo que es noche para todos los seres se convierte, para quien ha dominado sus sentidos, en el momento del despertar. Incluso en los planetas superiores, paradisíacos, todos los seres que viven allí están sujetos al hechizo de la energía ilusoria, maya. Nadie está verdaderamente interesado en los verdaderos valores de la vida. El sueño profundo, llamado «el factor tiempo», mantiene al alma condicionada por la ignorancia, de modo que se pierde su consciencia pura.