Si todos aquellos que están motivados por el odio, la venganza, el individualismo, el materialismo, la superioridad y el orgullo continúan dándole la espalda a Dios, ignorando los mandamientos, preceptos y leyes divinas, continúan extrayendo combustibles fósiles y derramando la sangre de animales inocentes en mataderos, estanques de peces y acuicultura, y en mar abierto por barcos de arrastre, no solo sufrirán el mismo destino que estos animales vida tras vida y tendrán que sufrir mucho de ahora en adelante, sino que todos estos cataclismos continuarán, e incluso aumentarán, debido a su karma, la ley de acción y reacción, la ley de causa y efecto, sus pecados acumulados a través del holocausto animal así como en las sociedades que apoyan estas actividades criminales, imperdonables a los ojos de Krishna, la Suprema Person alidad de Dios.

Eliminemos la raíz del mal si queremos que desaparezca.

Es Dios quien gobierna el mundo, no el hombre.

El Señor Krishna gobierna el mundo mediante su energía material, conocida como su naturaleza material, que actúa bajo su autoridad. Dios ha establecido leyes divinas, leyes eternamente inviolables, y que la naturaleza material se encarga de hacer cumplir. En cuanto un ser humano viola una de estas leyes, es automáticamente castigado por ellas.

Son nuestros pensamientos, palabras y acciones injustas, malvadas e incluso criminales las que causan nuestro propio sufrimiento. Nosotros mismos somos responsables de lo que soportamos en forma de desgracia y sufrimiento; Dios no tiene nada que ver con lo que nos sucede.

La mera práctica de la especulación intelectual o la participación en conjeturas filosóficas no basta para liberarnos del sufrimiento y la esclavitud material si la raíz del mal persiste.

Primero hay que neutralizar la raíz para poder eliminar el efecto. Las principales causas son: la desobediencia a Krishna, Dios, la Persona Suprema; el rechazo a Su autoridad; la pretensión abierta de ser el Señor en el ejercicio de las funciones presidenciales, dominando descaradamente a otros jefes de estado y otras naciones; y la envidia a Dios apropiándose de todo lo que pertenece a Krishna: poder, fuerza y ​​bienes materiales.

Para neutralizar definitivamente los efectos del cambio climático y evitar que reaparezca en el futuro, para asegurar que los elementos de la naturaleza nunca más vuelvan a aparecer, debemos eliminar imperativamente la causa.