En cuanto a la determinación que se muestra incapaz de llevar más allá del sueño, el miedo, la lamentación, la tristeza y la ilusión, esta determinación inepta pertenece a la Ignorancia.
Los Tres Tipos de Felicidad.
Ahora escúchame describir los tres tipos de felicidad que disfruta el ser condicionado, y que mediante la repetición, a veces alcanza el fin de todo sufrimiento. La felicidad, que al principio puede parecer veneno, pero que al final resulta comparable al néctar y que despierta a la realización espiritual, se dice que proviene de la Virtud.
Pero la felicidad que nace del contacto entre los sentidos y sus objetos, que al principio es como néctar, pero que al final adquiere el sabor del veneno, se dice que pertenece a la Pasión.
En cuanto a la felicidad ciega a la realización espiritual, que de principio a fin es solo una quimera, nacida del sueño, la pereza y el engaño, se dice que pertenece a la Ignorancia.
Ningún ser, ni en la Tierra ni entre los devas [seres celestiales] de los planetas superiores, está libre de la influencia de los tres gunas. Los brahmanas, ksatriyas, vaisyas y sudras [los sabios, guerreros y administradores eruditos, comerciantes, agricultores y trabajadores] se distinguen por las cualidades que manifiestan en la acción, según la influencia de los tres gunas.
Serenidad, autocontrol, austeridad, pureza, tolerancia, integridad, sabiduría, conocimiento y piedad: estas son las cualidades que acompañan las acciones del brahmana [el sabio erudito].
Heroísmo, poder, determinación, ingenio, valentía en la batalla, generosidad y el arte de gobernar: estas son las cualidades que acompañan las acciones del ksatriya [el guerrero y administrador].
La capacidad de cultivar la tierra, cuidar el ganado y comerciar está relacionada con las acciones del vaisya [el comerciante y agricultor]. En cuanto al sudra [el trabajador], está en su naturaleza servir a los demás a través de su trabajo.
A través de sus acciones y su propia naturaleza, cada persona puede alcanzar la perfección.
Siguiendo su propia naturaleza en sus acciones, cada persona puede alcanzar la perfección. Cómo lograrlo, escúchame ahora.
Adorando al Señor, el Omnipresente, origen de todos los seres, una persona puede, en el cumplimiento de su propio deber, alcanzar la perfección.
Es mejor cumplir con el propio deber, incluso imperfectamente, que asumir el de otro, incluso cumpliéndolo a la perfección. Al cumplir con los deberes prescritos que le asigna su propia naturaleza, uno nunca incurre en pecado.