En realidad, debemos resistir a «Maya», la energía ilusoria del Señor, afín a Satanás.
Krishna posee tres energías principales: la energía espiritual o interna, la energía marginal a la que todos pertenecemos, y la energía externa o material, mejor conocida en su aspecto material, como energía ilusoria.
Bajo la influencia de la energía material, los seres encarnados y condicionados por la materia se ven envueltos en mil dificultades con el único propósito de disfrutar de una miserable felicidad material. Se involucran en acciones egoístas sin comprender las implicaciones, efectos y consecuencias que resultan.
Impulsados por la falsa sensación de ser el cuerpo en el que residen, los seres condicionados se rodean neciamente de innumerables apegos, todos ilusorios. Creen así que pueden vivir perpetuamente en este entorno material. Este grave malentendido los domina de tal manera que sufren continuamente, vida tras vida, aprisionados por la energía externa del Señor, en su aspecto de energía ilusoria, que busca así obligar a los seres a volverse hacia el Señor Supremo, para que finalmente lo obedezcan y cumplan Su divina voluntad.
Solo la persona afortunada que entra en contacto con un maestro espiritual, un verdadero sirviente de Dios, y que está dispuesta a leer los libros que transmiten las enseñanzas del Señor, puede escapar del laberinto material.
Entregarse a Dios, amarlo y servirlo con amor y devoción nos permite poner fin a las desgracias y sufrimientos que sufrimos en este mundo, acercarnos al Señor Supremo y entrar en Su reino eterno.
Comprendamos todos que todas las concepciones corporales de la existencia, centradas en los placeres sensoriales, no son más que productos de la energía ilusoria, y comprendamos que todo en este mundo no es más que la creación de la energía material en su aspecto de energía ilusoria. Por lo tanto, si de alguna manera tomamos consciencia de Krishna, la Suprema Personalidad de Dios, independientemente de nuestros motivos iniciales, finalmente comprenderemos la Verdad tal como es, por la gracia del Señor. Entonces perderemos todo interés en los placeres materiales. Solo necesitamos entregarnos completamente a Krishna, amarlo, obedecerlo, cumplir su divina voluntad, renovar el vínculo de amor con Él, unir nuestros deseos, intereses y planes a los Suyos, cantar el himno de sus Santos Nombres y servirle con amor y devoción, para ver cómo Maya, o Satanás, libera su dominio e influencia sobre nosotros, pues si nos había sumido en la ilusión, era simplemente porque quería que nos volviéramos al Señor Krishna.
Solo los seres santos, devotos de Krishna, la Suprema Personalidad de Dios, tienen acceso a la perfección de la existencia.