Entregarse completamente a Krishna, la Suprema Personalidad de Dios, es sinónimo de purificación total.
Así, en cuanto un ser se entrega a Krishna, la Suprema Personalidad de Dios, queda libre de toda impureza.
¿Por qué es peligrosa la ignorancia sobre la reencarnación?
No querer creer en la reencarnación hunde al hombre en los peores tormentos y el sufrimiento perpetuo.
Como nuestra civilización se basa en una vida hogareña disfrutando del máximo confort, todos esperan una jubilación placentera, en una casa amueblada con buen gusto que albergue a hermosos niños y damas, sin sentir el más mínimo deseo de abandonar ese acogedor nido. Esto aplica a altos funcionarios y políticos que permanecen apegados a sus posiciones privilegiadas hasta la muerte y jamás desean abandonar, ni siquiera en sueños, los encantos del hogar. Prisioneros de estas ilusiones, los materialistas hacen mil planes para vivir aún más cómodamente, pero de repente, llega la muerte. Cruel y despiadada, le arrebata contra su voluntad a quien había trazado grandes planes y lo obliga a abandonar su cuerpo para adoptar uno nuevo. Dependiendo de sus acciones en esta vida presente, se verá obligado a asumir un cuerpo de entre las ocho millones cuatrocientas mil (8.400.000) especies vivientes.
Generalmente, quienes se aferraron demasiado a las comodidades del hogar se ven obligados a renacer entre especies inferiores debido a las acciones reprensibles que cometieron durante una larga vida de pecado, desperdiciando así toda la energía que la forma humana les había otorgado. Para evitar el riesgo de desperdiciar la vida humana y apegarse a ilusiones, uno debe, a los cincuenta años, si no antes, ser consciente de la proximidad de la muerte. Es importante comprender que la muerte puede ocurrir en cualquier momento, incluso antes de los cincuenta; por lo tanto, a cualquier edad, uno debe prepararse para una vida futura mejor.
La lógica perfecta de la reencarnación destruye otra idea errónea: el dogma religioso que sostiene que todo depende de las actividades de una sola vida, y que nos amenaza con la condenación eterna en las regiones más oscuras del infierno si llevamos una vida de bajeza e inmoralidad, sin esperanza de salvación. Es natural que los seres conscientes de Dios consideren este sistema de justicia suprema más demoníaco que divino. ¿Podría ser que el hombre pueda mostrar compasión por sus semejantes, pero Dios sea incapaz de tales sentimientos?
Estas doctrinas presentan a Dios como un padre despiadado que permitiría que sus hijos se extraviaran, solo para presenciar su castigo y tormento eterno.
Estas enseñanzas irrazonables ignoran el vínculo eterno de amor que existe entre Dios y los seres vivos, el cual emana directamente de Él. Por definición, dado que Dios creó al hombre a su imagen, debe poseer todas las cualidades al máximo grado de perfección. Una de estas cualidades es la misericordia.