La idea de que un ser humano pueda ser condenado al sufrimiento perpetuo del infierno tras una sola y breve existencia contradice la concepción de un Ser Supremo imbuido de infinita misericordia. Incluso un padre común y corriente le daría a su hijo más de una oportunidad para que su vida sea perfecta.

Las escrituras védicas, las sagradas escrituras originales, también llamadas «el verdadero evangelio», ensalzan continuamente la naturaleza magnánima de Dios. Krishna muestra misericordia incluso a quienes lo denigran abiertamente, pues Él reside en el corazón de todos y brinda a todos los seres la oportunidad de realizar sus sueños y ambiciones. De hecho, la misericordia del Señor es ilimitada. La misericordia de Krishna es infinita y, además, sin causa. Quizás, debido a nuestros pecados, no la merezcamos, pero el Señor siente tanto amor por los seres sintientes que constantemente les brinda nuevas oportunidades para trascender el ciclo de muerte y renacimiento.

La doctrina de la reencarnación nos enseña que Dios toma en cuenta y recuerda la más mínima buena acción que pueda realizar una persona que, de otro modo, solo piensa en hacer el mal. Es raro encontrar individuos 100% pecadores. Por consiguiente, si en esta vida un ser vivo logra incluso un pequeño progreso espiritual, podrá reanudar su camino espiritual en su próxima existencia desde el mismo punto donde lo dejó.

El Señor le dijo a su discípulo Arjuna: En este camino, ningún esfuerzo es en vano, ningún beneficio se pierde jamás, el más pequeño paso nos protege del mayor peligro (ser relegados, en nuestra próxima vida, al rango de una especie inferior a la humana).

Así, a lo largo de muchas vidas, el alma podrá desarrollar sus cualidades espirituales inherentes hasta que ya no tenga que reencarnar en un cuerpo material y regrese a su hogar original, el mundo espiritual. Y esta es la bendición especial de la forma humana. Incluso si el destino de una persona es sufrir terriblemente debido a las acciones reprensibles que ha cometido en esta vida o en vidas anteriores, puede, al adoptar el proceso de conciencia de Krishna, cambiar su karma. El alma que ha alcanzado la etapa humana ha llegado al punto que determina el curso posterior de su evolución.

A partir de ese momento, puede elegir entre descender a los grilletes de la especie o liberarse del ciclo de la reencarnación.