Respuestas espirituales perfectas

¿Por qué Dios pide a los hombres que no escuchen a los falsos profetas?

Durante milenios, Dios ha estado hablando a la humanidad, pidiéndoles que lo obedezcan, lo escuchen y vivan conforme a sus enseñanzas si ya no desean sufrir. ¿Por qué no escuchan?

¿Cuándo comprenderá la humanidad que su felicidad y su existencia pacífica dependen de Krishna, la Suprema Personalidad de Dios?

Desde tiempos inmemoriales, Dios ha hablado a la humanidad a través de mensajeros y siervos enviados desde su reino, para que sepan cómo comportarse y vivir conforme a sus deseos, en armonía y paz.

Si bien el propio Señor Krishna denunció con frecuencia las mentiras y las malas acciones de los falsos profetas, también se dirigió a la humanidad a través de profetas verdaderos como Jeremías y Ezequiel.

Jeremías revela la advertencia de Dios a la humanidad.

Jeremías habla primero de sus resentimientos: Mi corazón está quebrantado dentro de mí; todos mis huesos tiemblan. Soy como un hombre, ebrio como un hombre llevado por el vino, a causa del Señor y de sus santas palabras, porque la tierra está llena de adúlteros. La tierra está de luto por la maldición. Los pastos del desierto se han secado, la gente corre hacia el mal; su único coraje es la injusticia.

Profetas y sacerdotes son corruptos, incluso en mi casa he encontrado su maldad.

(¿Es diferente hoy?)

Dice el Señor Krishna, la Suprema Personalidad de Dios: Por lo tanto, su camino será resbaladizo y oscuro. Serán empujados y temblarán, porque traeré desastre sobre ellos, el año en que los castigaré. Entre los profetas de Samaria he visto escándalos. Profetizaron por Baal, extraviaron al pueblo.

Pero entre los profetas de Jerusalén he visto cosas horribles. Son adúlteros, andan en el engaño. Fortalecen las manos de los malhechores, para que nadie pueda apartarse de su maldad. Todos son como Sodoma ante mis ojos, y los habitantes de Jerusalén como Gomorra.

Por tanto, hablando de los profetas, dice así el SEÑOR de los ejércitos: He aquí, yo los alimentaré con ajenjo y les haré beber agua de hiel, porque por los profetas de Jerusalén se ha extendido la corrupción por toda la tierra.

El Señor Dios nos aconseja.

No escuchen las palabras de los profetas que les profetizan; los engañan.