Así, el ser santo se eleva por encima de toda dualidad, como el frío y el calor, el honor y la deshonra, lo verdadero y lo falso, el bien y el mal. Libre de dualidades, experimenta completa dicho espiritual y ya no sufre las preocupaciones y ansiedades inherentes a la existencia material.
El devoto del Señor, siempre absorto en la conciencia de Krishna, está libre de toda ansiedad relacionada con la autoconservación o la autoprotección. Así, finalmente alcanza la perfección suprema. Mientras aún está en este mundo material, vive en perfecta paz y dicha, libre de preocupaciones y ansiedades. Luego, cuando abandona el cuerpo material, regresa a su morada original, con Krishna. El devoto de Dios que desea elevarse mediante el sublime sendero del servicio amoroso y devoto al Señor, cuyos aspectos más importantes son escuchar y cantar las glorias de Krishna, pronto se libera de las dualidades de la existencia material. Mediante esta sencilla austeridad del santo, el Alma Suprema, asentada en su corazón, se llena de plenitud y lo guía desde su interior a su morada original, ubicada en el reino de Dios.
El Señor lo confirma con estas palabras: Mi morada soberana es un reino espiritual y absoluto del cual no hay retorno a este mundo material. Quien alcanza la perfección suprema, dedicado al servicio devocional personal a Mí en esta morada eterna, alcanza la perfección más alta de la vida humana y no necesita regresar a este mundo donde reina el sufrimiento.
¿Cómo se puede recuperar el cuerpo puramente espiritual?
Quien abandona su cuerpo fijando sus pensamientos y mirada en el Señor Supremo, interior o exteriormente, recupera su forma original de alma espiritual y su cuerpo puramente espiritual, y así experimenta la más alta perfección de la existencia.
El Señor Krishna dijo al respecto: Quien, al morir, en el mismo momento de dejar su cuerpo, solo me recuerda a mí, llega inmediatamente a mi morada; no lo duden, pues son los pensamientos y recuerdos del ser en el momento de dejar el cuerpo los que determinan su condición futura. Así, en mí, Krishna, en mi forma personal, absorbe siempre sus pensamientos sin falta. Dedicándome sus acciones, volviendo su mente e inteligencia hacia mí, sin duda llegarán a mí.
¿Cómo podemos detener la COVID-19 y todos los demás virus?
Si no obedecemos a Dios, los virus, en diversas formas, regresarán y se propagarán una y otra vez, en oleadas sucesivas.
El hombre ya no quiere sufrir, pero si no escucha a Dios, ¿cómo podrá liberarse de él?
La mera práctica de la especulación no basta para liberarnos del sufrimiento y la esclavitud material, porque la causa persiste. Primero hay que neutralizar la causa para que el efecto pueda ser destruido, y la causa es la desobediencia a Dios.


