La naturaleza material es en realidad la energía externa de Krishna, Dios, la Suprema Personalidad de Dios, también llamada energía material. La energía material del Señor se conoce mejor en su aspecto de naturaleza material. Actúa bajo la autoridad de Dios.
En realidad, es solo debido a su deseo de dominar la naturaleza material que el alma espiritual se ha sumergido en ella. De hecho, solo su deseo de dominar la naturaleza material la coloca en condiciones indeseables.
La naturaleza material es la causa original de todos los actos materiales y sus consecuencias, así que no cometamos el error de atribuirlos a la humanidad. El ser espiritual individual y distinto de Dios encarnado en un cuerpo material específico, que cada uno de nosotros realmente es, es la causa de los diversos placeres y sufrimientos que experimentamos en este mundo.
La naturaleza material es la fuente de la gran variedad de cuerpos materiales y de los sentidos. Existen 8.400.000 formas de vida, todas creadas por la naturaleza material, todas nacidas del deseo del alma espiritual encarnada de disfrutar de esta o aquella forma de placer, en este o aquel tipo de cuerpo material burdo. Estará en diferentes cuerpos, experimentando alegrías y tristezas, pero todo se deberá únicamente a estos cuerpos materiales, y no a sí misma en sí.
En su estado original, el ser espiritual no debe temer perder su felicidad, pues esta es también su condición natural, siendo la dicha parte integral de su ser.
Solo a través del deseo de dominar la naturaleza material se sumerge en ella. Tal deseo no tiene cabida en el mundo espiritual, que es puro.
En el universo de la materia densa, todos luchan constantemente por encontrar nuevas «presas» de placer para su cuerpo. Sepamos que el cuerpo material es el producto de los sentidos, que son los instrumentos puestos a disposición del ser espiritual encarnado para satisfacer sus deseos. El complejo «cuerpo e instrumentos sensoriales» es ofrecido al ser espiritual encarnado por la naturaleza material, basándose en sus deseos y acciones pasadas.
Así, será bendecido o condenado por la naturaleza material, en diversas condiciones, «hábitats o cuerpos materiales», según sus deseos y acciones. Por lo tanto, es el único responsable de las alegrías y las tristezas que le acontecen.
Una vez colocado en un cuerpo particular, cae bajo el yugo de la naturaleza material, porque este cuerpo actúa según las leyes específicas de la materia, las cuales el ser mismo no tiene poder para cambiar; no puede cambiar nada.
Así, por ejemplo, si obtiene el cuerpo de un perro, tendrá que comportarse como un perro a partir de entonces; no puede ser de otra manera. Si recibe el cuerpo de un cerdo, se verá obligado a comer excrementos y comportarse como tal.


