Las razones del encarcelamiento del alma en la materia.
Si el alma se encuentra así encarcelada, se debe a que alberga una concepción errónea de su identidad y se considera la beneficiaria suprema. Es este falso ego (olvidar ser un alma espiritual e identificarse erróneamente con el propio cuerpo, dominando la naturaleza material) en el ser vivo el que lo obliga a experimentar el encarcelamiento en la existencia material. Como Verdad Suprema y Absoluta, personalmente me encuentro más allá del ser vivo, así como de su envoltura material. Ambas energías, la material y la espiritual, actúan bajo mi autoridad soberana. Fue el Señor Krishna quien creó las cuatro clases o divisiones sociales.
Creé las cuatro divisiones de la sociedad basándome en los tres gunas (los tres atributos y modos de influencia de la naturaleza material: virtud, pasión e ignorancia), y los deberes que imponen al hombre. Soy el Alma Suprema que reside en el corazón de cada uno, y es Mi voluntad expresa que los hombres observen los principios de la organización social de la sociedad humana. La sociedad debe dividirse en cuatro divisiones sociales, según los atributos y acciones de cada individuo. Asimismo, cada persona debe dividir su vida en cuatro partes. La primera se dedicará al estudio. El estudiante debe cualificarse asimilando el conocimiento adecuado y observando el voto de celibato, dedicándose por completo al servicio del maestro espiritual y renunciando a los placeres sensuales. Debe llevar una vida de austeridad y penitencia. La segunda fase de la vida es la vida familiar, la vida matrimonial, que permite disfrutar de los placeres de este mundo de forma limitada. Pero nadie debe pasar el tercer cuarto de su vida en familia. Se deben entonces reanudar las austeridades practicadas durante el celibato y así romper con los lazos familiares. Una vez liberado de estas ataduras materiales, se debe entrar en la cuarta fase de la existencia y aceptar la vida de renunciante (renuncia total a la vida familiar y social para dominar perfectamente los sentidos y la mente, y dedicarse plenamente al servicio de Dios, de Krishna). Como el Alma Suprema de todos los seres, asentada en sus corazones, observo cada una de sus acciones en cada etapa de sus vidas. Sin importar su clase social, cualquiera que vea cumpliendo con seriedad y sinceridad los deberes asignados por su maestro espiritual, dedicando así su existencia a servirle, se vuelve infinitamente querido para Mí. En cuanto al estudiante célibe, si logra establecerse bajo la guía del maestro espiritual, es algo excelente. Pero si siente la llamada de la carne, debe despedirse de su maestro espiritual después de satisfacer sus nobles deseos. La costumbre védica dicta que se le ofrezca un regalo al maestro espiritual. El discípulo entonces adoptará la vida familiar y tomará esposa según los ritos religiosos.