El Mundo Espiritual
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“Yo aparezco de era en era para rescatar a mis devotos, aniquilar a los impíos y restablecer los principios de la espiritualidad”.

“Si Yo dejara de intervenir, todos los universos se hundirían en la desolación; gracias a Mí, el hombre engendrará una prole indeseable. De este modo, alteraré la paz de todos los seres”.

“Las multitudes siempre andan tras las huellas de lo que hace un gran hombre; el mundo entero sigue la norma que este establece con su ejemplo”.

Estas declaraciones del Señor valen para las diferentes emanaciones principales de Su Persona, como Sankarsana, Vasudeva, Pradyumna, Aniruddha y Narayana. Todas ellas son Él mismo en diferentes formas espirituales y absolutas. Sin embargo, Sri Krsna, el Señor en Su Forma principal, se entrega eternamente a intercambios sublimes con diferentes grados de bhaktas y Él aparece una vez al día en esta Forma de Brahma (es decir, todos los 8 millardos, 640 millones - 8.640.000.000 - de años solares), y esto en cada uno de los universos materiales donde desvela Sus Distracciones espirituales y absolutas en un ciclo sin fin. Los roles que toma prestados el Señor, ya sea como Sri Krsna, como Vasudeva, y así sucesivamente, son demasiado complejos en su sucesión para ser dilucidados por el hombre común. Porque, si no hay ninguna diferencia entre la Persona del Señor y Su Cuerpo espiritual, Sus emanaciones no satisfacen menos de sus diferentes funciones. Y cuando el Señor aparece en su Forma original, como Sri Krsna, todas Sus emanaciones completas se unen a Él a través del poder inconcebible de Su yoga-maya; así, el Krsna de Vrndavana es diferente al de Mathura o al de Dvaraka.

Además, la virata-rupa de Krsna, que representa la concepción material de Su Forma y que Él muestra en el campo de batalla de Kuruksetra, difiere, por medio de Su poder inconcebible, de su Propia Persona. El Señor es kaivalya, para Él no hay ninguna diferencia entre lo material y lo espiritual, porque ambos han sido creados por Él. Mediante el hecho de su poder inconcebible, todas Sus Actividades son a la vez idénticas y distintas. Al contrario de lo que creen las inteligencias debilitadas, el Señor nunca abandona Su Cuerpo espiritual.

Más allá del universo y de las siete capas de materia que lo recubren, totalmente fuera de nuestra visión, se encuentra el Océano Casual en el que flotan todos los universos, similares a pelotas ovoides. Además, más allá del Océano Casual, se encuentra la superficie ilimitada del mundo espiritual, generalmente conocida como el brillo del Brahmán. Sin embargo, esta luz baña a innumerables planetas espirituales, conocidos con el nombre de Vaikunthalokas, cada uno más grande que el siguiente, y muchos de los más grandes de los universos materiales. En cada uno viven innumerables seres a imagen y semejanza de Sri Visnu, denominados servidores directos del Señor. Viven felices en esos planetas, lejos de todo sufrimiento y en una juventud perpetua, disfrutando de una existencia de felicidad y saber perfectos, sin temer para nada el nacimiento, la enfermedad, la vejez, la muerte ni ninguna influencia del tiempo eterno. Este mundo, Vaikuntha, se encuentra mucho más allá del universo material. El universo de materia se encuentra bajo la jurisdicción de Durgā Devī, que encarna la energía material del Señor, mientras que el mundo de Vaikuṇṭha está gobernado por la energía personal del Señor.

En el cosmos material, existen miríadas de universos poblados por un número infinito de planetas, pero todos ellos sin excepción son lugares de padecimiento donde se sufre el nacimiento, la enfermedad, la vejez y la muerte, males inherentes a este mundo material. La verdadera felicidad se encuentra sobre todo en el reino de Dios donde nadie sufre las agonías de la existencia material. Ningún planeta material es eterno y lo mismo ocurre con las condiciones de vida que ofrecen. Por eso hay que sentir un profundo desagrado por esos placeres efímeros.

La Omnipresente Persona Suprema, en Su Forma de Alma Suprema, llamada también Espíritu Santo, vive en el corazón de todos los seres vivos. Se dice que el Señor en su aspecto localizado mide la distancia que separa el anular y el pulgar, es decir, unos veinte centímetros. La Forma que describe nuestro versículo que tiene en Sus manos respectivamente - desde la derecha inferior hasta la izquierda inferior y en el sentido de las agujas de un reloj - el loto, la rueda de un carro, la caracola, el mazo, es la de Janardana, una emanación completa del Señor que controla a la mayoría de los hombres. El Señor se manifiesta de otras muchas Formas que se distinguen según el orden en el que estas llevan los símbolos del loto, la caracola, la rueda y el mazo. Se llaman Purusottama, Acyuta, Narasimha, Trivikrama, Hrsikesa, Kesava, Madhava, Aniruddha, Pradyumna, Sankarsana, Sridhara, Vasudeva, Damodara, Janardana, Narayana, Hari, Padmanabha, Vamana, Madhusudana, Govinda, Krsna, Visnumurti, Adhoksaja y Upendra. Estas veinticuatro formas del Señor en su aspecto localizado son adoradas en las diferentes partes del sistema planetario y por cada una de estas manifestaciones divinas hay un planeta Vaikuntha en el mundo espiritual, el

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