El sanatana-dhama no es otro que el proceso del bhakti-yoga, gracias al cual se puede llegar a conocer al Señor y su Morada eterna.
Esa en la Verdad que el Propio Señor enseña en la Bhagavad-gita. El deber del hombre es el de utilizar esta vía fácil, aunque rara en nuestra era en donde todos sufren cruelmente en las tinieblas del materialismo. Gracias a su saber, los hombres descubrieron la bomba atómica y ahora se encuentran en el borde del abismo, porque, en caso de guerra, no se sabe nada de lo que le sucederá a la raza humana. El único refugio de la humanidad está en el sanatana-dharma, que le revela el verdadero fin de la vida y le ofrece un viaje fácil hacia los planetas del mundo espiritual. Los hombres podrán entonces vivir en compañía de Dios, la Persona suprema y disfrutar de la felicidad y el conocimiento total por la eternidad.
Los seres santos, puros, que residen en los planetas del mundo espiritual son todos compañeros eternos del Señor. En cuanto al reino de Sri Krsna, situado más allá de todos los demás planetas espirituales, se le llama Ksnaloka o Goloka Vrndavana, y los seres realizados que han desarrollado plenamente el sesenta y ocho por ciento de los Atributos del Señor, podrán entrar en él después de haber abandonado su cuerpo material.
En el universo material encontramos tres divisiones, es decir: el sistema planetario superior que incluye los planetas edénicos, el sistema planetario intermedio donde se encuentran los planetas de tipo terrestre y el sistema planetario inferior. Más allá de los planetas edénicos, se encuentras las envolturas materiales del universo, y después, más allá aún, el mundo espiritual infinito que incluye un número ilimitado de planetas- Estos son fuentes de su propia luz y se les llama Vaikunthalokas; allí viven en cada uno, el Señor en persona y Sus compañeros, todos eternamente liberados.
Todos los seres están unidos al Señor por una relación de afecto. Uno actuará como servidor suyo, otro como Su amigo o uno de Sus padres, otro más como el objeto de Sus sentimientos amorosos. Así, todos están llamados a disfrutar de la compañía del Señor en el mundo espiritual. Basta con manifestar el deseo y esforzarse sinceramente en practicar el servicio del amor y de devoción que se ofrece a Dios.
En su Forma original de Sri Krsna, el Señor solo manifiesta dos brazos, mientras que en Su Forma de Narayana, muestra cuatro. En Su Forma de Narayana, habitan los planetas Vaikunthas, mientras que en Su Forma primordial de Sri Krsna, Él vive en Krsnaloka, mucho más allá de los planetas Vaikunthas.
En el universo material, en contraste con el reino espiritual absoluto, reina la dualidad. En efecto, reposa a la vez en lo material y lo espiritual, mientras que el reino absoluto es puramente espiritual, sin ningún resto de influencia material. En uno, cada cual se esfuerza, animado por la ilusión, por ser maestro del mundo; en el otro, el Señor es unánimemente reconocido como el maestro Supremo y todos actúan como Sus servidores absolutos. Así, cada cual, en el mundo de las dualidades, envidia a los demás; al final, la muerte es inevitable, ya que lo espiritual vive rodeado de materia. El Señor representa el único refugio para el alma sometida que desea liberarse de la existencia dual y del miedo que lo acompaña. Y, de hecho, en el universo material, nadie puede escapar de las crueles garras de la muerte, si no se abandona al Señor.
Algunas señales especiales marcan las plantas de los pies del Señor que lo distinguen de todos los demás seres. Estas señales - el estandarte, el relámpago, la vara del conductor de elefantes, el parasol, la flor de loto, el disco… - se grababan en el fino polvo de las comarcas que atravesaba el Señor. Es así como el suelo de Hastinapura recibió las huellas de Sri Krsna cuando se encontraba en compañía de los Pandavas y por la gracia de estas señales felices, el reino era próspero.
Cada vez que el Señor desciende a la Tierra, viene rodeado de Sus compañeros eternos. En Su reino espiritual, llamado cintamani-dharma, donde las moradas se construyen con piedras filosofales y los árboles dotados del poder de colmar todos los deseos, el Señor es siempre servido por cientos, miles de diosas de la fortuna.