Preguntas y respuestas espirituales perfectas
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Todos aquellos, hombres y estados, que han abolido la pena de muerte han cometido un pecado grave e imperdonable.

Justicia Kármica y la Pena de Muerte.

La justicia kármica considera que los seres humanos sobreviven a la muerte y reencarnan vida tras vida. Desde esta perspectiva, es esencial que la persona culpable de asesinato pueda expiar este grave acto sacrificando su propia vida.

En el Manu-samhita, el libro de leyes de los Vedas, las escrituras sagradas originales, escrito por Manu, el padre de la humanidad, que contiene todas las leyes necesarias para el funcionamiento armonioso de la sociedad humana, leemos que quien comete un asesinato debe ser ahorcado y que su propia vida debe ser sacrificada como expiación. Este sistema estuvo vigente en todo el mundo, pero con la llegada del ateísmo, al volverse la ignorancia, los pueblos y estados se vieron obligados a abolir la pena capital. Esto no demuestra inteligencia ni sabiduría.

En realidad, el crimen cometido por un asesino pesa mucho sobre su existencia y su futuro, por lo que, según el Manu-samhita, debe ser asesinado. Al ejecutar a un asesino, el gobierno y la justicia le muestran misericordia, pues si no muere en su vida actual, deberá ser asesinado en vidas futuras y, por lo tanto, sufrirá varias veces en lugar de una sola.

Como las personas desconocen la existencia de una vida futura, la realidad de la reencarnación y el complejo funcionamiento de la naturaleza, inventan sus propias leyes y rechazan las leyes divinas que rigen esta vida y su existencia. Quien comete un asesinato y lo oculta, creyendo que puede salirse con la suya, es un idiota, pues ignora que, si bien puede ocultar cosas a los hombres, es imposible para Dios, pues Él ya lo sabe todo. Se aplicará la ley del karma, y ​​en su vida futura será asesinado y experimentará el sufrimiento resultante. Esto ocurrirá varias veces en lugar de una sola. Es a través del sufrimiento que borramos nuestras faltas, por eso no pequemos más ni hagamos daño a nadie, sea humano, animal o planta.

Estas cuatro causas fundamentales llevan al alma al sufrimiento y a la esclavitud material.

El olvido ocurre en el momento de la muerte. El alma, encerrada en su cuerpo etéreo, es transportada por los asistentes del Señor Krishna al vientre de una nueva madre, quien le otorgará un nuevo cuerpo material. Es el cuerpo material el que sumerge al ser espiritual encarnado en el olvido de todo: de Dios, de su vida anterior, de su verdadera identidad, de la existencia real... Este olvido se ve acentuado por la energía externa o energía material del Señor en su naturaleza material, que influye en el ser encarnado a través de sus atributos y modos de influencia: virtud, pasión e ignorancia. En realidad, la muerte es sinónimo de olvido.

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