Preguntas y respuestas espirituales perfectas
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A lo largo de incontables vidas, los seres espirituales encarnados han acumulado, a través de sus pensamientos, palabras y acciones, una cantidad significativa de daño, actos culpables o pecados que los obligan a cometerlos, y hoy soportan las desgracias y el sufrimiento resultantes. Así, es a través del dolor o el sufrimiento experimentado y sentido que disminuimos y borramos nuestras faltas.

En este mundo, los seres humanos están en contacto permanente con la energía material y, como tal, deben soportar el ciclo repetitivo de nacimiento, enfermedad, vejez y muerte.

Si bien existen numerosos hospitales y clínicas donde las enfermedades materiales del cuerpo pueden tratarse y curarse perfectamente, no existe un solo centro hospitalario que pueda curar la enfermedad material del alma espiritual, que cada uno de nosotros realmente es. El verdadero origen de la enfermedad es el corazón.

Al dedicarnos al servicio del Señor, nos liberamos de todo karma, bueno o malo. Finalmente comprendemos que todo nuestro sufrimiento se debe únicamente a nuestro karma pasado. Sabemos bien que la condición tanto del cuerpo como del alma depende de Krishna. En realidad, el devoto cuida su cuerpo por obligación, para poder servir mejor al Señor. Sea cual sea su situación, el devoto mantiene una perspectiva espiritual y usa su cuerpo solo con fines espirituales. Esta es la verdadera medicina, la medicina que acaba con todas las enfermedades.

Cada acción genera un efecto, reforzando así la cadena material que mantiene a su autor cada vez más aprisionado en la materia y, consecuentemente, en el sufrimiento. Esta cadena de acciones y sus consecuencias solo se puede romper cuando uno se pone al servicio de Dios y actúa para Él.

Todos aquellos que defienden la doctrina impersonalista deben convertirse en un árbol en su próxima vida.

El impersonalista es quien se niega a creer que Dios tiene un cuerpo plenamente espiritual en forma humana. Para él, Dios es un Ser Espiritual Eterno sin forma, pura energía.

A diferencia del impersonalista, el personalista sabe que Dios, la Suprema Personalidad Espiritual, en su forma personal, primordial, original, infinita y absoluta, tiene un cuerpo cuya forma es la que Él dio a la humanidad.

Está escrito en Génesis 1:26 y 27: «Y dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza». «Y creó Dios al hombre a su imagen; a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó».

Krishna, la Suprema Personalidad de Dios, le dio al hombre un cuerpo cuya forma es idéntica a la suya. La forma del Señor Krishna es completamente espiritual, de una belleza indescriptible, llena de conocimiento absoluto, de la dicha más perfecta, de verdad completa, de realidad sublime, infinita, absoluta y eterna.

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