El propósito de las diversas formas de austeridad, penitencia y caridad.
Usar un lenguaje veraz, dirigido al bien común, pero también evitar las palabras hirientes, así como recitar asiduamente las escrituras (las sagradas escrituras reveladas), tales son las austeridades de la palabra. Serenidad, sencillez, gravedad, autocontrol y pureza de pensamiento, tales son las austeridades de la mente. Practicadas con fe por hombres cuyo objetivo no es obtener una bendición material para sí mismos, sino satisfacer al Supremo, la triple unión de estas austeridades proviene de la virtud. En cuanto a las penitencias ostentosas, que buscan el respeto, el honor y la veneración de los hombres, se dice que pertenecen a la pasión. Son simplemente inestables y efímeras. Finalmente, se dice que las penitencias y austeridades realizadas por necedad, que implican una tortura obstinada o se realizan con la intención de herir o destruir (como quienes se torturan con instrumentos y se perforan la piel o las mejillas), provienen de la ignorancia. La caridad dictada por el deber, realizada sin esperar nada a cambio, en el momento y lugar adecuados, y hacia quien la merece (como los sabios sin ingresos), se dice que se realiza bajo el signo de la virtud. Pero la caridad inspirada por la esperanza de recompensa, o el deseo de frutos materiales, o incluso realizada a regañadientes, pertenece a la pasión. Finalmente, la caridad que no se realiza en el momento ni en el lugar adecuados, ni hacia personas dignas de ella, o que se ejerce de manera irrespetuosa y despectiva, proviene de la ignorancia. Solo el servicio devocional permite conocer a Dios y verlo cara a cara.
Cuando adoptes el servicio devocional, llegará el momento en que, en el curso de tus actividades creativas, me verás dentro de ti y en todo el universo, tal como me verás dentro de ti, del universo entero y de todos los seres vivos. Me verás en cada ser, así como en cada lugar del universo. Solo cuando hayas alcanzado este nivel de visión espiritual podrás liberarte de toda forma de ilusión. Quien ora como Brahma (el demiurgo y primer ser creado), venerando mis atributos divinos y, por lo tanto, me adora, pronto verá cumplidos todos sus deseos por mi gracia, pues soy el Maestro de todas las bendiciones. Soy el Alma Suprema, el Alma de todos los seres, el Maestro Supremo y el más querido de todos. Los hombres se apegan erróneamente a los cuerpos materiales y etéreos cuando en realidad deberían apegarse solo a Mí. Si deseas beneficiarte de mí favor, aférrate a la austeridad y la meditación, y ajústate a los principios del conocimiento. Mediante estas acciones, todo te será revelado desde dentro, en tu corazón.